“Pochas blancas y verdes con mejillones y wakame de las rías gallegas en caldo marinero”
http://loquecomadonmanuel.com/2014/11/25/pista-las-pochas-con-mejillones-y-wakame-de-chanquete/
Desde que Manolo Sarabia abandonó la práctica del fútbol, soy de poco admirar. Muy amigo de superhéroes de barrio, pero poco de deshacerme en lisonjas cuando se habla de personajes mediáticos. Si no fuera así, uno de mis héroes sería Falsarius Chef, ese gurú de nariz postiza que pone su talento al servicio de los torpes, que allana el camino a los menos dotados para el noble arte de la cocina y les facilita la tarea de impresionar a sus invitados. Ese rey de la impostura que te indica cómo mezclar frascos de legumbres ya cocidas y latas de conserva de modo que tu impericia quede a resguardo y logres pasar por el Quique Dacosta de tu comunidad de vecinos. Eso es rendir un servicio a la ciudadanía, no los encargos de pacotilla del Pequeño Nicolás. No me jodas.
Y si Falsarius merece un monumento, por su destreza y su generosidad en el arte del birlibirloque, Conservas Chanquete merece otro aplauso por permitir que pases por un gastrónomo de relumbrón con sólo abrir una de sus latas. Sólo una; menos es más. La empresa viguesa logra así el más difícil todavía, te lo pone aún más fácil con una línea de conservas audaces en la que tienen cabida las “Pochas blancas y verdes con mejillones y wakame de las rías gallegas en caldo marinero” que me zampé, por fin, ayer. Emplatadas con gusto, te permitirían pasar el corte de cualquier MasterChef.
Calentado en puchero, este maridaje de huerta y mar fabricado para Chanquete por Conservas Almanaque (Andosilla) desprende pronto su aroma yodado, merced a un caldo (agua, rape, bacalao, apio, patata, gamba, tomate, aceite de oliva, puerro, zanahoria, cebolla y aromas naturales) con alga wakame. En él conviven ocho mejillones y una buena ración de pochas; bien tiernas y de piel fina las blancas, y una pizca más tiesas las verdes. No olviden que el color lo determina su grado de madurez.
El gusto de la preparación resulta igualmente intenso, grato; no en vano, se ha guisado durante dos horas y 17 minutos en el referido caldo, para ensamblar las esencias de pochas, mejillones y esa suerte de verdura marina que es el alga wakame.
El conjunto resulta armonioso, con sabores integrados y caldo sustancioso. No parece un refrito. No hay aceites sospechosos. Ni sabores rancios. Es una conserva que se gana el calificativo gourmet y tiene un precio en consecuencia. Las latas de 425 gramos se despachan a 9 euros en la tienda online de Conservas Chanquete. Será por dinero.
PD: todo esto lo he escrito sin que me regalen una lata. O sí. Bueno, qué más da.
(imposta, que algo queda, recomienda Igor Cubillo)
Angulas en lata
Conservas Chanquete presume de conservar “la esencia gourmet mediterránea” con “delicatessen” como los chanquetes de Baleares con pimientos del piquillo navarros. Nadie había enlatado antes el chanquete salvaje (aphia minuta). Eso dicen. No obstante, a mí me llaman mucho más la atención las cocochas de bacalao con angulas del río Miño en aceite de oliva virgen extra, procedente de olivos centenarios gallegos. Y con ajo morado de Las Pedroñeras. A 44 euros la lata de 250 gramos, oigan.
Periodista especializado en música, ocio y cultura. Economista. Equilibrista (aunque siempre quiso ser domador). En el medio de la vía, en el medio de la vida, si hay suerte, tal vez. Ha pasado la mayor parte de su existencia en el suroeste de Londres, donde hace más de 20 años empezó a teclear, en una Olivetti Studio 54 azul, artículos para Harlem R&R ‘Zine, Ruta 66, El País, Bilbao Eskultural, Ritmo & Blues, Getxo A Mano (GEYC), Efe Eme, Den Dena Magazine, Kmon, euskadinet y alguna otra trinchera. Prefiere los caracoles a las ostras. Qué tío. Anda que…